El Gobierno y la CGT sostienen un encuentro clave en Casa Rosada, acordando cambios laborales y avances en homologación de acuerdos salariales.
El ministro del Interior, Guillermo Francos, encabezó una reunión trascendental en la Casa Rosada con representantes de la Confederación General del Trabajo (CGT), donde se abordaron temas cruciales para el ámbito laboral y sindical en Argentina. La convocatoria del Gobierno, recibida el martes por la CGT, se convirtió en un punto de inflexión para ambas partes, en un contexto marcado por amenazas de medidas de fuerza y tensiones políticas.
La reunión, que se extendió por casi tres horas, fue un espacio de diálogo donde se discutieron diversos aspectos de interés tanto para el Ejecutivo como para los líderes sindicales. Entre los participantes, se destacó la presencia sorpresiva de Hugo Moyano, sumándose a una delegación que incluía a prominentes figuras del sindicalismo argentino.
Uno de los principales acuerdos alcanzados fue la promesa por parte del Gobierno de avanzar en una reforma laboral de carácter «light», es decir, con cambios acotados en la legislación laboral. Además, se comprometieron a acelerar la homologación de acuerdos paritarios pendientes, como el caso de Camioneros, un reclamo clave para la CGT.
Propuestas de Modernización Laboral
Este encuentro marcó un giro en la relación entre el Gobierno y los sindicatos, la cual se vio afectada tras la controvertida implementación del mega Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU), cuyo capítulo laboral la Justicia suspendió tras el amparo presentado por la CGT.
La presencia de funcionarios clave, como el jefe de Gabinete Nicolás Posse y el secretario de Trabajo Julio Cordero, evidenció el compromiso del Gobierno en este proceso de diálogo y negociación con los sindicatos. Asimismo, la participación de Santiago Caputo, principal asesor del Presidente, reflejó la voluntad de evitar confrontaciones ideológicas y demonizaciones hacia los sindicatos.
Entre los temas abordados se destacaron propuestas de modernización laboral, que incluyen cambios en las indemnizaciones, régimen de multas por despidos y ampliación del período de prueba. Estos puntos fueron avalados previamente en conversaciones informales con representantes gubernamentales.
El desafío pendiente para el Gobierno es resolver la demora en la homologación de acuerdos salariales, como el caso de Camioneros, lo cual condiciona la postura de la CGT respecto a posibles medidas de fuerza. La resolución de este conflicto podría postergar la discusión sobre un nuevo paro general, según admitieron fuentes sindicales.