Brutal represión contra jubilados frente al Congreso
Jubilados que se manifestaban por mejoras en sus haberes fueron violentamente desalojados por la Policía Federal. El Gobierno defendió la represión, mientras que la oposición criticó duramente la agresión. Se prepara una nueva movilización para el 20 de septiembre.
Reprimen a jubilados frente al Congreso en protesta contra el veto de Milei
El miércoles 28 de agosto, una manifestación pacífica de jubilados frente al Congreso Nacional terminó en una violenta represión por parte de la Policía Federal. Los manifestantes, pertenecientes a diversas organizaciones de jubilados, protestaban contra el inminente veto del presidente Javier Milei a la ley de movilidad jubilatoria y en rechazo al desguace del sistema previsional. La protesta, que inició alrededor de las 15:00, culminó con un desalojo que incluyó gases lacrimógenos y golpes con bastones por parte de las fuerzas de seguridad.
Rogelio, uno de los jubilados presentes, relató la dureza de la represión: «Nos cagaron a palos. Nos tiraron gases lacrimógenos en la cara, fue una locura», expresó. Según su testimonio, la violencia fue desatada sin provocación previa, «como si estuvieran buscando la foto de los golpes, porque quieren decirle a la sociedad que nadie puede protestar, no importa ni siquiera que seas un jubilado de la mínima».
Reacciones y críticas por la represión a jubilados
El gobierno, lejos de condenar la violencia ejercida, la justificó con un tono desafiante. Desde la Casa Rosada afirmaron que «si un jubilado, un estudiante, un empresario o cualquier otra persona corta la calle, sin importar su condición, la obligación es correrlo». La declaración dejó en claro que la represión se mantendrá como una herramienta para contener futuras manifestaciones.
La oposición no tardó en reaccionar ante los hechos. La diputada Cecilia Moreau criticó duramente la represión, calificándola de inaceptable: «De pegarle a un jubilado no se vuelve. Día lamentable en el Congreso», dijo. Por su parte, Germán Martínez, titular del bloque de Unión por la Patria (UxP), señaló que la decisión de la policía de actuar con mayor dureza que en otras ocasiones era evidente, en referencia a la mayor organización y presencia policial durante la protesta.
Eduardo Martínez, del Plenario de Trabajadores Jubilados, también cuestionó la reacción de las fuerzas de seguridad: «La cantidad de gente que había en Congreso era muy superior a la gente que habitualmente nos juntamos los miércoles. Parece que la gente de la Federal se puso nerviosa y en vez de tratar civilizadamente de que nos acomodemos, empezaron a pegar palos». A pesar de la represión, Martínez destacó que la movilización se realizó de manera organizada, como estaba planificado, ocupando los dos carriles de la Avenida de Mayo en su camino hacia Plaza de Mayo.
Una movilización histórica y un llamado a una nueva marcha
A pesar de la violencia, Marcos Wolman, vicepresidente de la Mesa Coordinadora Nacional de Organizaciones de Jubilados y Pensionados de la República Argentina, calificó la movilización como un éxito: «La marcha de hoy fue realmente un hecho muy importante. La represión no impidió que se haga», afirmó. Según Wolman, la concurrencia fue significativamente mayor en comparación con otras protestas similares, lo que demuestra el creciente descontento con las políticas del gobierno en materia de jubilaciones.
La Confederación General del Trabajo (CGT) también se pronunció en rechazo a la represión, emitiendo un comunicado en el que expresó su «enérgico rechazo» a lo que calificaron como «una vergonzosa represión llevada adelante por la Policía Federal». La CGT reafirmó su compromiso de seguir luchando por los derechos de los jubilados, advirtiendo que «la variable de ahorro de ninguna manera puede ser quienes trabajaron toda su vida».
En respuesta a la represión, las organizaciones de jubilados anunciaron una nueva movilización para el 20 de septiembre, en conmemoración de los 124 años de la creación de la primera caja de jubilaciones del país. «Vamos a ser contundentes», adelantó Wolman.