El intercambio comercial de China siguió cayendo en agosto a partir de la disminución de la demanda externa e interna que pesaron sobre las exportaciones e importaciones, respectivamente, aunque lo hizo a un menor ritmo que en el mes pasado, según indicó la Administración General de Aduanas del país asiático.
Las exportaciones totalizaron US$ 284.870 millones, lo que representó un retroceso interanual de 8,8%, el cuarto consecutivo, aunque más moderado que el registrado en julio cuando descendieron 14,5% que fue la mayor caída desde el comienzo de la pandemia.
Más allá de un breve repunte en marzo y abril, los envíos de productos al exterior se encuentran en declive desde octubre del año pasado ante la desaceleración económica global.
Por otra parte, las importaciones sumaron US$ 216.510 millones, 7,3% menos que hace un año atrás, frente a la caída de 12,4% del mes anterior.
El balance arrojó un superávit comercial de US$ 68.360 millones, lo que representó un 17,9% menos que en mes anterior; mientras que el volumen del intercambio comercial fue de US$ 468.133 millones, con una suba interanual de 3,8%.
Tanto las exportaciones como las importaciones tuvieron una caída menor a la esperada.
Los economistas calculaban una merma del 9% en ambos indicadores, según indicaron las agencias DPA y AFP
“La mejora de los datos de intercambio de China son un signo de estabilización”, destacó Raymond Yeung, economista de China en Australia & New Zealand Banking Group.
Entre los diversos países, las exportaciones de China a las potencias occidentales continúan en negativo, con aquellas hacia Europa alcanzando desplomes récord de doble dígito.
No obstante, hubo una mejoría en el intercambio con Estados Unidos, donde las exportaciones cayeron 9,5%, tras el retroceso de 23,1% en julio.
También sigue sólido el comercio con Rusia, con importaciones desde su país vecino que totalizaron US$ 11.500 millones, ratificando el crecimiento del vínculo desde que comenzó la guerra contra Ucrania.
Moscú estima que su volumen de intercambio con China crecerá de US$ 185.000 millones en 2022 a US$ 200.000 millones este año.
En lo que refiere a las importaciones, la moderación de la caída sugiere que la demanda doméstica podría comenzar un camino hacia la recuperación, acompañada de una serie de medidas que dispuso Beijing en los últimos días apuntando a restaurar la confianza, especialmente en el mercado de propiedades, uno de los sectores particularmente afectados de la economía.
“Las importaciones probablemente se sigan recuperando en los próximos meses. Un mayor progreso en los actuales proyectos inmobiliarios y mayor gasto en infraestructura están comenzando a impulsar la actividad de la construcción”, opinaron economistas de la consultora Capital Economics en una nota.
Con mayor pesimismo, Zhou Haou, economista de Guotai Junan International Holdings, opinó que los datos “pese a un incremento marginal, siguen sugiriendo que están presentes los vientos en contra”.
“Incluso si la hemorragia para, revivir una demanda golpeada por el derrumbe en las propiedades requerirá de mayores pasos por el gobierno. Las últimas medidas, como flexibilizar los requisitos de hipotecas, tomarán tiempo para dar sus frutos”, opinó, por su parte, Eric Zhu.
Hasta ahora, China evitó realizar grandes medidas de estímulo dada la preocupación por los altos niveles de deuda en la economía.
El Gobierno sigue proyectando un crecimiento de 5% para este año –inicialmente considerado como modesto al comenzar el año- pero diversos economistas proyectan que el país no alcanzará esa meta e incluso otros sugieren que, de seguir esta situación, su PBI no alcanzará al de Estados Unidos en el largo plazo, como se preveía en años recientes.