El Índice de Precios al Consumidor (IPC) en Estados Unidos se mantuvo en 3,7% anual en septiembre, la misma tasa que en el mes anterior y una décima más de lo esperado por los analistas, anunció hoy la Oficina de Estadísticas Laborales (BLS) dependiente del Departamento del Trabajo.
En tanto, en la variación mensual, la inflación se desaceleró de 0,6% a 0,4%, una cifra que, de todos modos, fue superior al 0,3% estimado por los economistas.
Por su parte, el índice subyacente –que no toma en consideración los valores volátiles de la energía y los alimentos- fue del 4,1% anual frente al 4,3% de agosto, lo cual representó el nivel más bajo en dos años.
En lo que respecta a la comparativa mensual, el dato núcleo se situó en 0,3%.
Los datos de la inflación son seguidos de cerca por la Reserva Federal (FED), que se reunirá a fin de mes para decidir cómo proseguir con las tasas de interés.
Actualmente, la tasa de referencia se encuentra en un rango de entre 5,25% a 5,50%, el nivel más alto en 22 años, tras haber sido objeto de once aumentos desde marzo de 2022 con el objetivo de bajar la inflación.
Si bien la mayoría de los representantes del organismo dejó la puerta abierta a un último aumento en la tasa antes de que cierre el año, según indicaron las minutas de la última reunión que fueron publicadas ayer, el mercado apuesta que, al menos en la próxima reunión –la penúltima de 2023-, se va a dejar la misma sin cambios, algo que fue dado a entender, además, por las recientes declaraciones de los funcionarios.
Desde el punto de vista de la FED, el reciente aumento en los intereses de largo plazo de los bonos del Tesoro podría reemplazar la necesidad de ajustar nuevamente las tasas.
“El comité va a proceder de forma cuidadosa. Aún no están confiados de que la inflación esté en un camino durable y sustentable al 2% anual”, indicó el analista Omair Sharif de Inflation Insights en un informe a clientes citado por la agencia Bloomberg.
“Varios miembros de la FED vinieron indicando que el ajuste adicional provocado por la marcada suba en las tasas del Tesoro de largo plazo podría hacer que no sea necesario un ajuste adicional en la tasa de política monetaria. Los datos de hoy inclinan levemente la balanza, pero no de forma marcada, a que aumenten la tasa 25 puntos básicos antes de fin de año”, evaluó, por su parte, la consultora Balanz en una nota.
Dos componentes impulsaron la inflación de septiembre: los costos de la vivienda y los de la nafta, impactados por la suba del precio internacional del petróleo, que alcanzó los valores más altos en el último año y que podrá escalar aún más de la mano de los conflictos en Medio Oriente.
En el caso del componente de vivienda, que incluye a los alquileres, la suba de septiembre (de 0,6% mensual y 7,2% anual) representó más de la mitad de la suba de 0,4% en el índice mensual.
Pero también otro dato negativo fue el de los servicios, los cuales subieron 0,6%, la mayor cifra en lo que va del año.
En menor medida, también subieron los seguros de autos, servicios médicos y los recreativos, mientras que, por el contrario, bajó el costo de los autos usados y las autopartes, como parte de una tendencia a la baja en el costo de los bienes, los cuales cayeron 0,4%, sin contar las commodities alimenticias y de energía.
Pese a las sucesivas subas de tasas de interés, la economía estadounidense continua con un sólido crecimiento, cercano al 2% anual.
Esto provocó que, uno a uno, los bancos y economistas retiraran sus pronósticos de recesión que daban por descontada a principios de año.
De hecho, hubo 209.000 solicitudes de subsidio por seguro de desempleo en Estados Unidos la semana pasada, una cifra históricamente baja, según datos publicados hoy por el Departamento del Trabajo.