La vicepresidenta deberá superar desafíos clave mientras avanza la agenda libertaria en un Senado dividido.
Las sesiones extraordinarias que comienzan este lunes en el Congreso, durante un mes, representan un doble desafío para la vicepresidenta y titular del Senado, Victoria Villarruel. Por un lado, deberá avanzar con la agenda libertaria en un escenario de votaciones muy delicado. Por el otro, enfrentará la difícil tarea de atravesar la tensa sesión de febrero, en la que se definirán las nuevas autoridades del Senado. Este contexto podría agravar aún más las tensiones políticas dentro de la Cámara alta.
La ley antimafias y los pliegos judiciales en el centro del debate
El temario de las sesiones extraordinarias incluye la ley «antimafias«, que ya cuenta con dictamen y está lista para debatirse en el recinto. Sin embargo, el santacruceño José María Carambia, legislador oficialista, declaró días que solicitaría «algunas modificaciones«. Esto deja la iniciativa al borde de ser alterada, lo que obligaría a su regreso a Diputados para una segunda revisión y retrasaría su sanción.
Por otro lado, los pliegos de Ariel Lijo y Manuel García-Mansilla, propuestos como candidatos a la Corte Suprema de Justicia, permanecen en stand by y sin dictamen oficial. Aunque su tratamiento no está confirmado, se trata de uno de los puntos más relevantes del temario en la Cámara alta.
El Gobierno, que cuenta con el apoyo de 37 senadores entre libertarios y opositores dialoguistas, tiene el quórum mínimo necesario para iniciar las sesiones y votar. Sin embargo, este grupo incluye sectores que podrían complicar las negociaciones, como los santacruceños Carambia y Natalia Gadano, quienes han manifestado molestias por la falta de respuesta a reclamos provinciales.
Sesiones extraordinarias Senado: Las tensiones internas marcan la preparatoria de febrero
Uno de los momentos más críticos será la sesión preparatoria del 24 de febrero —o el día hábil anterior si fuera feriado—, cuando se definan las nuevas autoridades y se establezcan los días y horarios de las sesiones ordinarias.
Durante las últimas semanas, la vicepresidenta ejecutó corrimientos de funcionarios, varios de los cuales habían participado de una cena de fin de año en uno de los edificios anexos de la Cámara alta. Además, los cambios en la secretaría administrativa, un área estratégica conocida como «la caja del Senado», generaron tensiones con gremios y sectores políticos.
El kirchnerismo, que contará con 34 legisladores a partir de la próxima sesión cuando Stefanía Cora reemplace a Edgardo Kueider, expulsado tras su detención en Paraguay, busca aprovechar cualquier debilidad en el liderazgo de Villarruel. Este sector espera ganar posiciones estratégicas en la Cámara alta, especialmente en áreas relacionadas con la obra social del Congreso.
Por otro lado, el oficialismo enfrenta complicaciones internas. La licencia del radical Víctor Zimmermann, quien ocupa un cargo en el Ejecutivo de Chaco, deja a su suplente, Alicia Terada, como pieza clave en las negociaciones. Asimismo, los reclamos de los legisladores provinciales, que ya no garantizan su apoyo incondicional, podrían desestabilizar aún más la gestión de Villarruel.
A medida que transcurren las semanas, la vicepresidenta se muestra más cerrada en cuanto a sus relaciones políticas, lo que ha provocado dudas sobre su vínculo actual con el presidente Javier Milei.